Instagram y la máquina de sufrimiento

Ocram
4 min readDec 6, 2020

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El duḥkha en el budismo es un término que refiere al sufrimiento. Existen varios tipos de duḥkha. El primero, con el mismo nombre, refiere al sufrimiento físico, el ordinario como cuando nos golpeamos el dedo chiquito en un mueble. El segundo tipo es llamado viparinama y refiere a un dolor que experimentamos cuando tenemos cambios en nuestra vida, cuando nosotros nos aferramos demasiado a algo nos llevan indefectiblemente al sufrimiento ya que estas cosas son impermanentes.
Luego, viene el tercer tipo de duḥkha que es el samskāra y es un tipo de dolor que experimentamos debido a una insatisfacción general que viene con la existencia en si misma. Esta es una muy sutil y profunda y personalmente es un tipo de dolor con el que suelo convivir.

Como imaginarán, esta convivencia no es nada fácil y varios factores hacen que mi dolor comience. Así como nuestro sistema nervioso nos notifica de un dolencia en un musculo específico, también lo hace con este tipo de dolores aunque, lamentablemente, no se calman con hielo.

Uno de los factores que me llevan a experimentar el samskāra es Instagram. En realidad, no Instagram en sí sino su contenido, la gente y el tipo de codigos sociales que se manifiestan. Al fin y al cabo Instagram es sólo una plataforma.

Mi insatisfacción radica en el hecho de no cumplir estándares que en ciertas ocasiones están bastante alejados de la realidad. No tanto estándares físicos en mi caso personal pero sé que hay mucha gente a la que esto le afecta. Mis anhelos pasan por otro lado. Seguidores y likes. Todos los queremos. Por eso entramos en el juego. La verdad es que los seguidores y los likes no son nada, lo que hay detrás de ello sí. Una verdadera comunidad, personas reales que apoyen cualquier cosa que hagas y como resultado de ello; Interés.

El interés que lleva a que ciertas personas te comiencen a hablar, que te inviten a ciertos lugares, que seas uno más de esos del mainstream, que tengas contratos y proyectos increíbles con empresas grandísimas y en consecuencia, el dinero.

El dinero con el que es posible alcanzar metas personales, tener un poder sobre tu vida. El dinero no es lo más importante de tu vida. Lo más importante es la salud, pero el dinero da salud. Lo mas importante es el amor, pero el dinero puede darte un amor fugaz. Lo mas importante de la vida es vivir, pero el dinero te permite vivir.

El ciclo es claro y el ecosistema que existe en Instagram es bastante tóxico por lo que mucha gente luego de consumir horas de contenido, luego de ver cómo es la vida de otros indefectiblemente terminan en la comparación.
Una comparación bastante injusta teniendo en cuenta el hecho de que nadie, absolutamente nadie, muestra sus desgracias. Ahí es donde nuestra vida plagada de desgracias y errores se convierte en algo diminuto comparado al resto y sentimos que nuestra existencia es despreciable.

Mucha gente es afectada por esto desarrollando cuadros de ansiedad y depresión o simplemente tristeza. Un sufrimiento debido a la imparable e injusta comparación que nuestra mente lleva a cabo permanentemente. No podemos apagar nuestra mente. Podemos apagar Instagram. Pero también estaríamos apagando la posibilidad de ser todo eso. También apagaríamos un lugar que nos conecta con todo y todos.

Volviendo a samskāra, este en el budismo se denomina como el sufrimiento de todo lo que es la existencia condicionada, es decir que experimentamos este sufrimiento porque no hemos alcanzado la Iluminación. La iluminación se alcanza a partir de la concepción del ideal. Una vez que sabemos exactamente a dónde ir, nuestro camino se iluminará y vamos a estar bien guiados.

Esta iluminación nos va a permitir discernir entre un ideal natural y un ideal artificial. Un ideal natural es aquel que corresponde a la naturaleza del ser, mientras que el ideal artificial se impone desde fuera, de una manera artificial. Así, por ejemplo si hablamos de un “hogar ideal” notamos que por más lujoso, conveniente y hermoso que éste sea, no resultaría ideal para un inválido en silla de ruedas si tuviera escaleras en su interior así como la vida de Henry Ford no sería ideal para alguien con temperamento de artista. Estos dos son ejemplos de ideales artificiales.

De acuerdo con esta distinción podemos decir que el Ideal de la Iluminación no es un ideal artificial, porque para el humano éste no es una imposición arbitraria externa, sino que corresponde con su propia naturaleza. Este corresponde a su naturaleza intrínseca. Las cualidades de la Iluminación de nuestro ser son trascendentales e implican el Conocimiento Absoluto, Visión de la Realidad, Amor y Compasión Infinitos hacia todos los seres. Todo esto puede parecernos un estado bastante remoto y algo muy lejano a nuestra experiencia. Sin embargo, al fijarnos un poco podemos encontrar esas cualidades en nosotros mismos. Así que estas cualidades no son completamente ajenas a una persona, sino más bien naturales, es decir, intrínsecas a su naturaleza humana.

En cada persona hay elementos del conocimiento de la Realidad por muy remotos y lejanos que estos sean. También
experimentamos esos sentimientos de Amor y Compasión, por limitados y exclusivos que sean, así como cierta energía por poca y vulgar que sea. Todas estas cualidades se encuentran en el ser humano en cierto grado; y de hecho, son las cualidades que lo distinguen de los animales. En el estado de Iluminación estas cualidades humanas están desarrolladas completa y perfectamente, en un grado que es difícil de imaginar. Entonces, el que el ser humano posea las semillas de las cualidades que constituyen la Iluminación crea una afinidad natural con el Ideal por alcanzar este estado, y que al encontrarlo pueda responder positivamente.

Por eso, es que ya estamos siendo todo lo que queremos ser, sólo nos falta encontrarlo y en el medio intentar no contaminarnos con todos los ideales artificiales que nos imponen.

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Ocram

Acá escribo las cosas que transitan por mi cabeza.