En búsqueda de la verdad interior

Ocram
3 min readOct 15, 2019

--

Ilustración: Daniel Stolle (adaptado)

El ser es algo esencial en nuestra existencia, tanto como esta misma. ¿Podemos existir sin ser? Claro, pero sería como una comida sin sabor, como un partido sin goles, como un cuerpo sin alma, eso seríamos, cuerpos que andan deambulando con el peso de la existencia.

¿Qué es el ser?

El ser es una especie de construcción constante de nosotros mismos. Este ser puede estar compuesto por nuestros valores, ideales y cada una de nuestras matices (desde la más insignificante hasta la más importante) cada cosa que poseemos se convierte en nuestro ser.

Construirlo (construirnos) nos puede llevar toda la vida o hasta más, pero tenemos la obligación de intentar poner un ladrillo cada día en este edificio gigante que somos nosotros. Debemos tenernos respeto, somos una construcción grande de errores y aciertos y no debemos permitir que ningún otro arquitecto quiera decirnos cómo construirla (por más buena que sea la intención) es nuestra propia construcción, podemos y debemos hacerla a nuestro antojo.

La verdad interior

Como dije anteriormente, cada cosa que nos pertenece es también parte de nuestro ser. Entre ellas, nuestras decisiones desde lo más ínfimo como qué vamos a comer hasta lo más importante como qué queremos ser.

¿Cómo decidimos?

Acá entra en juego el título anterior, ñnuestra verdad interior. Es difícil crearla así como encontrarla pero es un camino que estamos obligados a transitar para estar seguros de que vamos a vivir como nosotros queremos vivir y no como quieren que vivamos. Para crear nuestra verdad es importante cuestionar(nos) ya que no existe una fórmula genérica debido a que se perdería la esencia de cada uno. Por eso, te pregunto:

¿De qué se compone tu verdad?

Es extremadamente importante continuar la búsqueda hacia nuestra verdad ya que ésta nos va a permitir ser seres autarticos. Es decir, ser capaces de ser sin la necesidad de la aprobación de otro. En sí, ser sin depender.

Volviendo a nuestra analogía de que somos un gran edificio, todo edificio tiene sus cimientos y ahí es donde debemos decidir de qué se van a componer nuestras columnas que nos mantendrán en pie por lo que debemos elegir bien. El elegir que ciertas personas sean nuestras columnas nos lleva a depender de la presencia de esta. Si se va, nuestro edificio se cae y debemos hacer un mayor esfuerzo para reconstruirlo y así todo el tiempo.

La confianza es importante pero debemos estar demasiado seguros a quien se la damos. A veces, no se puede confiar ni en mamá. Ojo, no quiero que con esto piensen que toda persona quiere atacarlos porque no es así, pero si quiero que sean cautos decidiendo, sean cuidadosos. Hay una línea muy fina entre una variedad justificada y la promiscuidad.

¿La abstinencia es la solución?

En absoluto. El humano es un ser sociable y debemos tener otras personas que nos acompañen en nuestras vidas pero estos nos deben complementar y así también nosotros a ellos. No lo olvides, no sos solos vos. Cada uno tiene una historia, una cicatriz de una herida que costó sanar y debemos ser conscientes de ello antes de juzgar una construcción. Mejor, no juzguemos, conozcamos, aprendamos y decidamos.

El encontrar la verdad interior y una independencia emocional son los logros de un arduo trabajo que nos lleva tiempo y sacrificio, comencemos por ser respetuosos de nosotros mismos, algo en lo que solemos equivocarnos. Por eso, pidamonos disculpas. Repitan conmigo;

Perdón, yo.

Y una vez saldadas nuestras deudas comencemos con nuestro complejo pero satisfactorio camino hacia la verdad, vayamos a buscar materiales para nuestro gran edificio, vamos a ser grandes y lo mejor de todo independientes.

--

--

Ocram

Acá escribo las cosas que transitan por mi cabeza.